Situación hipotética 1 (arma en mano)
Mis viajes en transporte público muchas veces suelen ser divertidos, por razones ajenas a mi, como puede ser personas delirantes, gente con ganas de salvar al mundo o colectiveros suicidas. Pero muchas otras veces, mi mente se encarga de llevarme más allá, plantearme situaciones para así mantenerme pensando durante todo el viaje en alguna cosa.
Hace unos días se me planteó esta situación:
Estás volviendo a tu casa, plena madrugada... hace frío y esperas el colectivo sola en la parada, que tiene menos vida que el cementerio de la chacarita. De repente se te acerca un “eh amigo, una monedita pa' la birra” que intenta robarte con un arma de fuego. Dado que el individuo vacila, logras sacarle el arma y el flaco sale corriendo dejándote a vos con la victoria y un nuevo problema en la mano. Acá es donde se presentaba la gran situación... ¿Qué hago con esta arma?
Mi primera reacción fue, bueh, la llevo a la comisaría. Sí, el problema era que la más cercana a la zona, estaba como a 3km.
Ahora aparecen las cientas de hipótesis...
a) Tenes tanta buena suerte que justo viene el colectivo que estabas esperando te subís (con el arma en la mano) y pedis $1.25. Mientras apoyas la monedero con la mano libre que te queda, todos los pasajeros comienzan a murmurar, otros gritan, el chofer saca un palo para intentar partirtelo por la cabeza. Vos intentas explicarles que no es tuya, que no queres matar a nadie, que solo la queres devolver, pero no, no hay forma y game over.
b) Volves con una nueva vida a jugar, ahora optas por tomarte un taxi, te subis y le decis seguí derecho y llevame a la comisaría... mientras haces el gestito de segui derecho, con la mano en la que tenes el arma, el flaco se agarra el pecho y crees que le está por dar un ataque cardíaco, le gritas NOO, no te voy a hacer nada, la tengo que dejar en la comisaria, vos llevame te juro que no pasa nada. Y como los taxistas son de fierro, éste maneja con un arma literalmente a sus espaldas mientras controla por el retrovisor que no le vueles la tapa del cerebro.
Digamos que tenes suerte, que el flaco necesitaba la plata y te lleva, te cobra el doble por el maltrato psicológico que le hiciste vivir esos 10' de viaje, pero te deja donde necesitas. Le das las gracias y te bajas frente a la comisaría en cuestión.
Tenemos un nuevo inconveniente... ¿Cómo traspasar la puerta sin que te baje de un balazo alguno de los oficiales de turno?
Se presentan múltiples opciones nuevamente:
a) Aprovechar cuando el de la puerta está distraido correr hasta algún mostrador y decirles POR FAVOR NO ME DISPARES, te miran con cara de, "esta piba tiene problemas"... hasta que ve que en tu mano derecha tenes un maravilloso revolver con varias partes limadas. “Chau, balacera en la comisaría”, piensa el jefe a cargo, "ésta piba seguramente vino a intentar liberar a su novio pibe chorro que encerramos antes de ayer por portación de cara y tres celulares".
b) Otra genial opción era tirar el arma en una alcantarilla, pero podía tener problemas si había algún testigo alrededor, o usar la cabeza, sacarle el cargador y ponerla en la cartera para que nadie la viera, pero en el momento adrenalínico no se me ocurrió.
Así se pueden presentar infinidad de variables y nuevos casos, entre ellos que me dejaran presa a mi, por tener un arma que estaba denunciada hace meses y que posiblemente estaba incriminada en algún asesinato groso. ¡YO SOLO QUERÍA DEVOLVERLA!
Decí, que antes de que me dijeran si me declaraban culpable o inocente me tuve que bajar del colectivo.